viernes, 20 de marzo de 2015

Antigua (Guatemala) - La ciudad que es un poema (segunda parte)

Yo dormía. Eran aproximadamente las 7 de la mañana. Había pasado 1 año y 7 meses sin escuchar esa voz con acento de la costa mediterránea de Alicante, un acento que adiviné tenia su origen en Elche. Abrí los ojos cansados y me encontré con la sonrisa que me acompañaría durante todo mi sueño por Guate: Toni, uno de los 3 amigos españoles que conocí en Bangkok primero, en la frontera Tailandia-Laos, después, en los exóticos paisajes de Luang Prabang, en la divertida estadía en Vang Vieng, en las playas camboyanas de Sihanouk Ville y en esa experiencia muy recordada por todos los que siguieron este blog por Asia: Ko Rong (el paraíso que bautice como la isla de Lost).
Ese día comenzó otro viaje. Ahora acompañado. Ahora con un maestro.
Lo grandioso de todo es que cualesquiera de los dos, Toni o yo, podríamos decir la frase de arriba - aunque solo yo decía la verdad ;) 

Cerro de la cruz
Caminamos por las calles empedradas dirigiéndonos a la zona norte de la ciudad hacia una colina. A la media hora de caminata llegamos para alucinarnos de una ciudad magnifica. Toda Antigua y sus casas bajas se veían abrazadas por el Volcán de Agua de fondo, al sur, tan inmenso que invitaba a pensar la pequeñez y la fragilidad del ser humano. Algunas personas disfrutan de la playa o de un lago, otros de la montaña, en mis pagos de Buenos Aires disfrutamos del Rio de la Plata y en Antigua, se disfruta también de otro tipo de belleza como ser volcanes de fondo creando una postal ideal. Igual belleza, distinto envase.


En la colina del Cerro de la Cruz.

La gente tranquila y amistosamente se pasea por el cerro de la cruz.

Toni y yo. Un año y 7 meses despues del encuentro en Kaoh San Road.



A place to Stay. Un hostel, una familia

Llegué a Antigua tras media hora de transporte publico desde ciudad de Guatemala. Había llegado a Ciudad de Guatemala tras cruzar por 6 fronteras en un bus del tipo escolar con asientos duros y rectos.
Unas 20 horas de viaje por 30 dolares.
Estaba cansado. Y solo. El bus me dejo en la estación y apenas bajé sonreí. Bueno, a ver, busquemos un hostel, me convenció mi mente queriendo evitar cualquier tipo de confrontación conmigo mismo y tratando de evitar un mal humor que no me llevaría a ningún lado.
Caí ante la primera oferta de un guatemalteco que se me acercó con cortesía. Caminamos unas dos cuadras y llegué: Place To Stay. No se si me quedare pero al menos por hoy estará bien, me dije somnoliento. No sabia en ese entonces que una noche se transformaría en un sinfin de noches y experiencia en esa casa familiar devenida a hostel.
Este hostel fue distinto. Diferente. Los que éramos, unas 7 personas, quizás mas, eramos una familia. Cada uno de ellos era "el hermano de tal característica", o al menos esos pensamientos cruzaban por mi mente al sentarme a ver lo que pasaba a mi alrededor en el cómodo sillón de la galería que daba a un patio cuidado adornado por un conejo que felizmente caminaba sin molestar. Había algo en el ambiente que se respiraba y transmitía seguridad. Festejamos la ultima noche de Hanuka con Raul, el dueño del hostel, y una de mis menos queridas "hermanas": una israelí con pésima energía. Algunos días después, festejamos Navidad.
Raul y Fernando dos grandes próceres de mi estadía por este patrimonio de la humanidad desde 1979.
Toni mi compañero de viaje durante todo Guatemala que conocí en mi anterior viaje por el sudeste asiático. Ahora, devenido, a hermano.
En el techo de A Place to Stay. Navidad 2012
La banda con las que pasamos una navidad inolvidable.
Paso el tiempo y volví a ver esta foto. Me estremecí del placer. 
Las típicas calles de Antigua.
La primer noche (que no es esta) comiendo un asado con mis amigos chapines en A Place to Stay. Toni y Fernando haciendo buenas migas
Una de las fotos que mas me gustan.

A Guate, guateeee! (solo para afortunados que conocen Antigua)
Antigua, GuateMAYA.
Haciéndonos amigos de los artesanos. Solo con permisos, en ciertos horarios y lugares se pueden vender artesanías. Es por esto que no había mucho artesano viajero en Antigua. No los dejan trabajar.
Un israelí muy particular.
Quien tiene hambre?
YO! Gracias a Fernando y al frances Bernard :D
Navidad con la flaquita y Aixa.
Unos locos lindos.
El techo de A Place To Stay. Tomando una chelita.
El Maestro Toni.
Esta foto siempre me gusto. Diana y yo nos convertimos en muy buenos amigos y meses despues visitaríamos lugares espectaculares en México.
 Toni me dejo una enseñanza que me cambiaría la vida: me enseñó el concepto sobre el libro Los 4 Acuerdos de Miguel Ruiz. En ese entonces no lo sabia, pero esas enseñanzas me hicieron mejor persona.
Grande Antoni!
La Vista desde el techo. Pasaba bastante tiempo aca.
Antigua, te amo!

Una noche, siendo unas 8, 9 personas, hicimos un juego guiado por un francés. El decía que mediante el amor cualquiera podía entrar en trance. Si paso. No a mi. A Wouter, un suizo. Lo vi con mis ojos. Se liberó. Y se sintió bien. Por mi parte aprendí algo que hoy en día transmito: todos tenemos un don, el don de percibir la energía que emana el otro. Y que cada uno es dueño de sus emociones. Ante cada situación podemos elegir que emoción sentir porque somos los creadores. 

Sin mas, nos fuimos con Toni a Jaibalito en El Lago Atitlan,

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