domingo, 27 de febrero de 2011

Siam Reap (Camboya) - Que le pasa a esta gente?

Llegué de Sihanouk Ville a Siam Reap en el trayecto mas horripilante que haya tenido en mi vida, había tantos baches en la ruta que no se como el bus llegó no sin antes destartalalarse. Cada una de las tuercas del bus hacia ruido, varios asientos estaban atados con soga. Hubo momentos donde intentaba dormir a pesar de una exagerada gotera, producto del aire acondicionado, que me daba directo en la frente. En esos momentos, acurrucado contra el vidrio del bus tratando de evitar la gotera, el bus saltaba por los aires a tal punto que la caída dolía. Y yo que había comprado el Sleeping bus para dormir...
Habiendo llegado a las 6.30 a Siam Reap me aventuré a la puerta de la estación de buses para buscar una moto que fuese mi guía en la recorrida de los templos. Había tantos conductores de tuk tuk ofreciendome precios para ser mi conductor que me dejó sin aliento, confundido, rodeado, prisionero de esos. Me abrazaban, me tocaban, me gritaban "yo yo" de manera desesperada e infantil. Yo, rodeado de gente exigiendo mi atención, era un poco mas que Obama en su asunción. Uno me ofrecia un precio y el otro venia y me decía gritando el mismo precio sin preocuparse ni un poquito por el primero. Era algo alocado, algo que no puede gustarle a nadie.

Me fui de nuevo a la terminal de buses (que estos tuk tuk no pueden entrar) y acepté un conductor que me ofrecían ahí, así que a las 7 de la mañana y por 10 dólares estaba yendo a las ruinas de Angkor Wat. Por ultimo pagué el bus hacia Bangkok para esa misma noche a las 2 de la mañana por 15 dólares. No había hecho nada y ese día ya había gastado 45 dólares! Mama mía...

Llegar al templo de Angkor Wat (al cual le voy a dedicar otro post) fue una sorpresa. Linda por un lado pues me encontraba en la octava maravilla del mundo. Fea por otro porque había mas gente que en el funeral del papa Juan Pablo II. La mayoría de ellos, chinos. En todo este viaje todavía no logré descifrar a los chinos. Si son graciosos no les encuentro la gracia. Si son divertidos no les encuentro la diversión. Si son simpáticos, tampoco les encuentro la simpatía. Lo que si encontré es que son sumamente extravagantes. A ver, un chino no tiene una cámara de fotos, tiene una ametralladora de fotos (por tamaño y cantidad de fotos que saca por minuto). Un chino no se saca una foto sonriendo, se saca una foto en la punta del templo, haciendo la vertical, apuntando el cielo con el dedo meñique del pie izquierdo mientras que con el humo que tiene en la boca producto de un habano grande como los de Fidel, escribe "Angkor Wat martes 5 de febrero de 2011". Un chino ama tanto al mundo que vaya donde vaya le saca fotos incluso al pasto. Ah pero no una sola foto sino algunas decenas ya que el pasto es de un distinto verde a 10 cm de la anterior foto. Un chino no tiene en cuenta que hay medio millar de otras personas queriendo sacar una foto a esa parte del templo que él ocupa hace 10 minutos haciendo estas fotos estrafalarias.
Ya el arte de mis fotos no tenían que ver con captar el reflejo de un templo en un río, o enganchar la luz del amanecer dándole al templo un toque místico. El arte de mis fotos era sacar una foto sin que un chino estuviera en el medio. Porque ademas cuando hay un chino, hay 300 mas que vinieron en el mismo tour. Ah y eso sin contar los 7 buses llenos que vienen como jauría rabiosa a morder la posibilidad de una foto como la gente y a ladrar la paz del lugar y momento.
Por otra parte hay que felicitarlos. Los chinos han adoptado la milagrosa capacidad de no tener artritis en los dedos a pesar de toooooodas las fotos que sacan. Un Occidente tendría no solo artritis pero también una vida de terapia.

Perdón que escriba esto, se que estoy generalizado groseramente, pero es la sensación que me quedó: los chinos hechan a perder todo. No quiero sonar "chinofóbico", solo soy "turista-chinofóbico". Porque esto que grito con indignación no pasa con otras nacionalidades. Siempre son los chinos. Pareciera que no tienen la cultura de entender que no son los únicos que buscan un recuerdo por medio de una foto. A cada lugar que voy que es súper famoso, o simplemente famoso, pasa lo mismo. Al fin y al cabo que uno termina teniendo mas fotos de chinos que de templos.
Si sos chino y estas leyendo esto, contradecime con el ejemplo y haceme quedar como un idiota. Al menos va a haber uno menos en mis fotos...

Respecto a la ciudad me pareció bonita, interesante, barata. Aunque el desgarrador habito de Camboya con los niños pidiendo monedas o vendiendo baratijas elimina toda alegría. Para colmo, ellos también saben como hacer para que uno les de monedas usando una especie de manipulación; por ej, viene una chiquita, te quiere vender algo a lo cual uno típicamente responde con un dulce "no, gracias". Pero después te persiguen durante 20 metros insistiendo o, si estas sentado en la mesa de un restaurante, te esperan mirandote fijo y uno en franca incomodidad no sabe que hacer. Después sacan el as bajo la manga. "de donde sos?" te preguntan. "de Argentina". "Si te digo la capital de Argentina me compras?", como uno, generalmente, se sorprende por este gesto de cultura les da su (merecida?) moneda. U otra, te venden 10 postales por un dólar y mientras te las muestran cuentan en ingles para que uno diga "ah pero que bien. Toma pequeñita". U otra, dura y mortífera "necesito plata para ir al colegio". O la ultima que me hicieron que me hizo temblar "tengo hambre".
Por las dudas, me aferré a lo que dijo un ONG en Camboya "no darle monedas a los niños". Habrá que colgarse de lo que la gente que sabe nos dice mas allá de que nuestro corazón o cabeza nos lleve a otro lado. Pero que duro, que incomodo, que terrible. Algún día acabará este flagelo?

Pronto el post sobre la octava maravilla del mundo: Angkor Wat.

1 comentario:

  1. Volviste el Gabo! se te extrañaba.
    Toto no para de llorar... hacé algo al respecto.

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